El Sapphire Princess, durante 1 semana, se constituyó en nuestra segunda casa. El compartir con unos cuantos mesoneros, camareros, fotógrafos, de todas las nacionalidades, desde un mesonero filipino, hasta una médica venezolana que trabaja en el spa, pasando por masajistas asiáticas, camareros latinoamericanos y un sin fin de personas de todas las latitudes, hacen que por momentos uno se sienta como en la torre de Babel.
Este blog rinde homenaje a estos seres "sin nombre" que trabajan para hacer del crucero una experiencia inolvidable. A ellos nuestro reconocimiento.
Este blog rinde homenaje a estos seres "sin nombre" que trabajan para hacer del crucero una experiencia inolvidable. A ellos nuestro reconocimiento.
Saludos. Nos vemos en el próximo crucero, probablemente a Hawai.
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