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lunes, 11 de mayo de 2015

Madrid, Madrid, Madrid

MADRID, MADRID, MADRID.

Por algo te hizo Dios, la cuna del requiebro y del chotis.



No por pocas cosas Madrid es una de mis preferidas, sino la más...
A mi modo de pensar es la entrada ideal al viejo continente, no solo por no tener que poner a trabajar en el cerebro al hemisferio izquierdo, léase idiomas, sino por los paseos, museos, su vida nocturna y por supuesto, el tapeo.
Al planificar nuestro viaje a Italia para abril de 2015, no podía sino buscar boletos a Madrid y de allí, después de unos días de disfrute, viajaríamos a Nápoles.
La llegada a Madrid, fue aderezada negativamente con una mala decisión a la hora de trasladarnos al hotel. Pensando que estamos tan jóvenes como antes, sugerí (malamente) que, como el hotel está junto a la estación del metro Alonso Martínez, nos trasladáramos con las maletas, desde el aeropuerto a esa estación. Teniendo que hacer un cambio de línea en Nuevos Ministerios, créanme que no es nada fácil a los 66 años tener que arrastrar dos maletas de 23 kg, con un bolso de unos 10 más en las espaldas. Todo para que Francis, con un hombro adolorido, no se fuera a sentir mal. El ahorro de 20 euros no vale la pena, sinceramente...
Al llegar finalmente a Alonso Martínez me tocó lo peor. Subir por escaleras las 2 maletas!! ¿Para que habremos metido tantas cosas en ellas??. Creo que en ese momento, si hubiésemos conseguido a algún "chaval" que se ofreciera a subirlas, le habría pagado los 20 euros.
De cualquier modo, estábamos ya en Madrid y así como la decisión del traslado fue mala, la escogencia del hotel no pudo ser mejor. El Innside Madrid Genova nos encantó. Un hotel moderno, con amplias y cómodas habitaciones y un desayuno al cual lo único que le faltó fue el espumante para igualarse con el de Jardín de Recoletos. Salmón ahumado con alcaparras, jamón ibérico, huevo, queso manchego, buena selección de cereales y yogurt, bollería y por supuesto un café inmejorable. Hubiese dicho el pure, pa´que massssh!! Si se le suma la ubicación inmejorable y además la atención de las chicas de la recepción, en especial de Marina, no creo que a futuro invente llegar a otro sitio.
El hotel queda en Chamberí, lo cual me trajo gratos recuerdos de Pepe y de tía Carmelina, a quien Dios los tenga en la Gloria (la quinta de Santa Cecilia tiene ese nombre). Rosa de Madrid, El Ultimo Cuplé, La Violetera, las sarzuelas y tantas otras canciones que se cantaban en reuniones familiares en Quinta Alma. ¿Quien de los primos no recuerda la "Mazurca de las sombrillas"?


Ni hablar de los recuerdos de mi amado amigo Santi, lamentablemente fallecido durante nuestro viaje, quien si bien era de Extremadura, lo recuerdo en cada rincón de Madrid cada vez que vamos. Gloria a tí, Santi.


Hacer el check in, dejar maletas y salir a comer fue un solo hecho. Alonso Martínez tiene la Plaza Santa Bárbara adyacente, que más que una plaza es un paseo, con algunos cafés donde tapear. Allí conseguimos la Cervecería Cruz Blanca, la cual no solo nos sirvió para un almuerzo madrileño, sino para conocer que existe un vino LOSADA. Más tarde haría una búsqueda de internet para enterarme del origen y características de dichos vinos y afortunadamente muy cerca, en Chueca, encontraría una tienda de vinos donde tenían el vino Altos de Losada, de la misma casa. Compré una botella...


Ya Luis Javier no tendría nada de que alardear con su vino Alcorta, jejeje!! Saludos primo!!

Después de almorzar regresaríamos al hotel a dormir un poco para empezar a lidiar con el jet lag. Más tarde a misa, a darle gracias a Dios por permitirnos estar allá y en la noche, a tapear, para agradecer a Baco por los placeres de la vida! Ya me había sido recomendado el Mercado de San Antón para esos fines, muy cerca por cierto, en el área de Chueca. Todas las veces que vamos a Madrid, una constante ha sido el Mercado de San Miguel, pero este, si bien pareciera más caro, ofrece delicateses como las Chuletas de lechal o los montaditos de bacalao, entre otras delicias.



Salud!!

La cercanía de Alonso Martínez al Paseo de La Castellana, nos permitió a la mañana siguiente una buena caminata, Corte Inglés de Serrano incluido y el martes a Sol, Puerta de Alcalá y Parque del Retiro. Total, hay que quemar las calorías ingeridas de alguna forma.




El martes en la noche para despedir Madrid fuimos al juego de cuartos de final de la Champions, entre el Real Madrid y el "Aleti", en el Vicente Calderón, probablemente el estadio más feo de España. Una marea de gente "roja", que intimida tanto que la policía no te deja pasar con camiseta blanca. Tuvimos que sostener una pancarta aupando al Atlético. De todas modos, estar allí no tiene precio.


Ya relajados por el refrescamiento y carga de pilas en Madrid, nos dispusimos el miércoles a tomar el avión de Alitalia, rumbo a Nápoles y así comenzar nuestro paseo por Capri, la Costa Amalfitana, Pompeya y Sicilia. El Vesubio nos esperaba...


1 comentario:

Unknown dijo...

Me place mucho que estén disfrutando ese viaje por la vieja Europa, que Dios los bendiga y los cuide. Pronto regreso !